CATHOLIC CHURCH SEX AND CLANDESTINE WITH CHILDREN By: Alberto Moncada.
First it was working in the U.S. where lawyers claimed hundreds of millions of dollars to Catholic dioceses by priestly abuse of minors committed even fifty years ago. The peculiar relationship between lawyer and client of the American system itself, splitting the profits, led to concerted action by complaints that led to bankruptcy for some dioceses. The bishops paid money in order not to go to trial and expose the corresponding negative publicity. But the issue just arrived in Europe and now so soundly. First has been in Ireland, Catholic and religiously a country where coalition of church and political power prevented for a long time to become light on what has been a widespread and intense for over seventy years. All they ask for forgiveness now and everyone is willing to make. The bell has been in Germany where even the Pope himself, when he was bishop, closed some cases of priestly pedophilia. The strategy is common. When you know the news first thing is to hide it and move from parish to pederast with what is allowed to continue making mischief with new customers. Everything But do what seems obvious if knowledge of a crime, his claim to the civil courts. The desire not to lose face over the years has led the church hierarchy failed to meet that obligation to conceal cases complaint and manage them as secret as possible. But in Germany have met with a ruthless political power that is asking for explanations, demanding compensation and in-depth research by promoting a way of acting that was protected from the Vatican itself. When the current Pope was responsible for the Doctrine of the Faith issued a decree universal to hide this and other crimes related to the sexuality of the clergy. It was in the choir led by his brother where there have been more cases of clergy abuse of minors.
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LA IGLESIA CATOLICA Y EL SEXO CLANDESTINO CON NIÑOS
From El Diario
Por: Alberto Moncada.
Primero fue en Estados Unidos donde hábiles abogados reclamaron cientos de millones de dólares a las diócesis católicas por abusos sacerdotales a menores cometidos incluso cincuenta años atrás. La peculiar relación entre abogado y cliente propio del sistema americano, se reparten las ganancias, propició una acción concertada de reclamaciones que ha llevado a la bancarrota a algunas diócesis. Los obispos pagaron dinero con tal de no ir a juicio y exponerse a la publicidad negativa correspondiente.
Pero el asunto acaba de llegar a Europa y ahora de forma sonada. Primero ha sido en Irlanda, un país confesionalmente católico y donde la coalición entre Iglesia y poder político impidieron durante mucho tiempo que se hiciera la luz sobre lo que ha sido una situación generalizada e intensa durante más de setenta años. Todos piden perdón ahora y todos están dispuestos a reparar.
La campanada mayor ha sido en Alemania donde hasta el propio Papa, cuando era obispo, tapó algún caso de pederastia sacerdotal. La estrategia es común. Cuando se sabe la noticia, lo primero es ocultarla y trasladar de parroquia al pederasta con lo que se le permite seguir haciendo de las suyas con nuevas clientelas. Todo menos hacer lo que parece obvio en caso de conocimiento de un delito, su denuncia a los Tribunales civiles. El deseo de no perder prestigio ha llevado durante años a la jerarquía eclesiástica a incumplir esa obligación de denuncia y a ocultar los casos gestionándolos de forma lo más secreta posible. Pero en Alemania han topado con un poder político inmisericorde que está pidiendo explicaciones, exigiendo indemnizaciones y propiciando investigaciones en profundidad de una manera de actuar que estaba protegida desde el mismo Vaticano. Cuando el actual papa era encargado de la doctrina de la fe dictó un decreto universal para ocultar este y otros delitos relacionados con la sexualidad del clero. Ha sido en el coro dirigido por su propio hermano donde se han dado más casos de abusos eclesiásticos a menores.
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