El partido
Comunista del Ecuador Sol-Rojo, saluda a nuestra todopoderosa ideología: el
marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo con los aportes de validez
universal del pensamiento Gonzalo.
Saludamos
al presidente Gonzalo, jefe de la fracción roja del MCI y de la revolución
proletaria mundial.
Saludamos
al proletariado internacional y al movimiento comunista internacional, a las
guerras populares en Perú, Turquía, India y Filipinas, a los partidos
comunistas que las dirigen; a los partidos marxistas-leninistas-maoístas
militarizados en proceso de construcción o reconstitución cuya naturaleza de
ser es la guerra popular para la construcción del nuevo poder y la derrota del
imperialismo.
Saludamos
las heroicas luchas de liberación nacional de los pueblos oprimidos por
el imperialismo, base y fuerza principal de la revolución mundial.
Hoy el
proletariado internacional celebra los cien años del triunfo de la revolución
proletaria en Rusia, y como no puede ser de otra manera, el proletariado,
campesinado pobre y masas explotadas del Ecuador se suman a esta gran
celebración cuyo propósito trasciende de la mera remembranza para esgrimirla
como la base de todas las revoluciones verdaderas cuyo propósito final siempre
será el comunismo.
No hay
duda de que la revolución bolchevique bajo la correcta dirección de Lenin, tuvo
la capacidad de imprimir un carácter diferente a los procesos revolucionarios
que le antecedieron, no operó básicamente sobre el viejo estado como
instrumento de dominación y sostén de relaciones de producción añejas,
explotadoras, sino que asestó un golpe mortal a la propiedad privada sobre los
medios de producción, convirtiéndola, de esa manera, en una verdadera
revolución, tarea que solo y únicamente fue posible bajo la conducción ideológica
del proletariado.
Celebramos
los cien años de la gesta de octubre en un planeta incendiado en conflictos,
con contradicciones entre los países oprimidos y opresores agudizadas al
máximo; con diferencias de clase expuestos en el carácter social de la
producción y la apropiación privada de ésta, cuyo carácter antagónico e
irreconciliable también han sido elevados a su máxima expresión y que convoca a
ser dirimidos con urgencia con guerra popular; con masas campesinas pobres, sin
tierra, atadas a relaciones de producción semifeudales, serviles, que claman la
alianza con su fuerza dirigente, el proletariado, para enterrar añejas formas
de explotación que imperan en la mayoría de los países del orbe.
Celebramos
los cien años de la gesta de octubre, precisamente cuando el imperialismo, en
todas sus manifestaciones, se muestra herido de muerte, pútrido, cuya
descomposición la evidencia en la mayor agresión a los pueblos y naciones
del mundo como estrategia en su nueva y dramática repartija del planeta.
Celebramos
los cien años de la gran revolución proletaria de octubre fortalecidos,
porque tenemos el mejor legado de Lenin, de ese rojo octubre: la dirección y
fuerza proletaria en todos nuestros propósitos; la certeza absoluta de que con
correcta dirección ideológica la revolución es posible, de que el amanecer se
avizora y de que el poder ya ha dejado de ser una tentación para convertirse en
una realidad que se plasma poco a poco con violencia revolucionaria, con guerra
popular; porque en estos cien años se llenó de gloria con la Gran Revolución
Cultural En China y devino dialécticamente en marxismo-leninismo-maoísmo, más
fuerte, más contundente, con un proletariado curtido y forjado en miles de
lides y sabedor de que su responsabilidad no va solo se ciñe a sus propósitos
de clase, sino también de aquellas clases sujetas de ser convocadas a la
revolución y que inevitablemente debe transitar la dictadura del proletariado y
su meta final, el comunismo; que ha logrado poner sobre el tapete de la lucha
de clases y de las guerras de liberación nacional aportes trascendentales como
el realizado por el presidente Gonzalo, las guerras populares en el Perú,
Filipinas, Turquía y la India; con el fortalecimiento de posiciones comunistas,
sobre todo en América Latina y Europa, donde el vórtice de la revolución va
cobrando una fuerza poderosa que ineluctablemente colaborará en asestar la
estocada final al mordaz imperialismo yanqui.
Que la
celebración de la Gran Revolución Proletaria sea, además, un reconocimiento
histórico a la gran dirección que imprimió Lenin al partido para la
construcción de la dictadura del proletariado y el brillante trabajo de Stalin
por consolidarla.
Que la
celebración de la GRAN REVOLUCIÓN PROLETARIA DE OCTUBRE se convierta en
un himno convocador a desatar la furia de la clase, de los pueblos, el esfuerzo
vital de los comunistas por iniciar, desarrollar y sostener guerras populares
hasta el comunismo, sin perder la perspectiva de que la conducción a este
supremo objetivo solo podrá realizarse bajo la guía ideológica del
proletariado, la inclaudicable y vertical lucha en contra del oportunismo, el
revisionismo y el centrismo.
¡VIVAN LAS
INMARCESIBLES BANDERAS ROJAS DE OCTUBRE!
¡VIVA LA
GRAN REVOLUCIÓN PROLETARIA!
¡VIVA EL
MARXISMO –LENINISMO-MAOÍSMO!
¡SALVO EL
PODER, TODO ES ILUSIÓN!
¡VIVA LA
GUERRA POPULAR EN LA INDIA, FILIPINAS, TURQUÍA Y EL PERÚ!
¡VIVA LA
CONSTRUCCIÓN Y RECONSTITUCIÓN DE PARTIDOS COMUNISTAS FORJADOS PARA LA TOMA DEL
PODER!
¡MUERTE AL
IMPERIALISMO!
¡MUERTE AL
OPORTUNISMO Y AL REVISIONISMO!
¡POR LA
SENDA DE LENIN, STALIN Y EL PRESIDENTE MAO HASTA EL COMUNISMO!
¡SI NO
COMBATIMOS Y DESTRUIMOS AL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO!
A
CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: ¡EL COMUNISMO!
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