“Si me permitieran, les diría que lo principal de las elecciones es
boicotearlas y, si es posible, impedirlas ¿Qué va a ganar el pueblo? Nada,
Nada va a ganar con la renovación electoral Eso creo que es una cosa muy
clara en la historia del país” Presidente Gonzalo
Una vez más el país ha entrado en la campaña electoral de cara a los
comicios presidenciales a realizarse el 19 de febrero del presente año.
Una vez
más nuestro pueblo es obligado a asistir a un purulento proceso electoral
cuyo contenido se ha convertido en un verdadero espejo que refleja la
forma como opera la vieja democracia burgués-terrateniente.
La pugna
entre la burguesía comparadora y la burguesía burocrática ha llegado a su punto
más álgido.
El régimen
de Alianza País vuelve a reeditar sus alianzas con los sectores del
sindicalismo capitulador, movimiento indígena y campesinado domesticado;
con ciertos partidos “revolucionarios” amaestrados, como el PCE
oportunista; socialistas, y hasta con algunos sectores de la burguesía
compradora que no ven con “malos ojos” la gestión gubernamental del régimen de
la cual se ha beneficiado.
Del “otro
lado”, dos frentes. Uno, la rancia burguesía compradora representada por el
banquero Lasso, la expresión más recalcitrante de la banca y los grandes
terratenientes. Paralelamente Cinthya Viteri, de Madera de Guerrero, otra
manifestación de la burguesía compradora entrelazada con los grandes
importadores, comerciantes y también con los terratenientes.
Como
posición del centro a la izquierda, la llamada Unidad De Las Izquierdas, una coalición ecléctica que procura
mostrarse como una “tercera vía”, algo así como el basurero de la izquierda
oportunista y revisionista que aúpa a “Unidad Popular” (extinto MPD), el
indigenismo ambiguo de Pachakutik, algunos sobrevivientes de la Izquierda
Democrática, los autodenominados “movimientos sociales” y los residuos
corporativistas de las FFAA liderados por el general retirado Paco Moncayo,
candidato presidencial. Esta “unidad” sumida en el más abyecto pragmatismo es
lo que dijera el Presidente Gonzalo, “una verdadera coladera de
contradicciones como una
colusión y pugna ¿Qué los une? La colusión, los afanes, seguir el camino del
cretinismo parlamentario”.
Las
contradicciones interburguesas expuestas en la actual campaña, ha estado
marcada por las mutuas acusaciones de corrupción presentadas en el manejo
de concesiones petroleras (Petroecuador), y desde luego, toda la podredumbre
que gira en torno a la constructora Oderbech que salpica a unos y a otros; el
jaqueo de cuentas de los correos electrónicos de algunos de los candidatos, y
la presencia de candidatos reciclados de los programas “basura” de la
televisión nacional.
Tanta
degradación se presenta precisamente cuando las elecciones acaecen cruciales
para la reacción ante escenarios tan complejos como son los que se desarrollan
en la arena internacional, donde las contradicciones inter imperialistas
son dirimidas con violencia cruenta, forzando una nueva repartija y con ella un
nuevo realineamiento de las semi colonias, particularmente dentro de los
nuevos planes que tiene la superpotencia imperialista de EEUU y la potencia
imperialista rusa.
La
importancia que tienen estas elecciones también está marcada por el interés que
tiene la burguesía burocrática por profundizar la reforma estatal que ha tenido
serios tropiezos en su concreción ante la abrupta caída del precio del
petróleo, sin cuyos ingresos, la reforma, se ha constreñido, no permitiendo la
reactivación temporaria del capitalismo burocrático, que dicho sea de paso se
desmorona vertiginosamente.
La
profunda crisis que aqueja al viejo estado y que se expone de manera palmaria
en la mayor pauperización en los niveles de vida de nuestro pueblo, es
aprovechada por los candidatos de distinta laya para vomitar su mercado de
ofertas electorales viciadas del más aberrante e insano populismo. Está demás
citar cuánto y qué ofrece cada uno de los candidatos presidenciales, todos,
traficando con la voluntad de nuestro pueblo que de una u otra manera aún está
alineado y transita el derrotero que marca la vieja democracia a
través de las elecciones.
El viejo
estado burgués-terrateniente, hoy como ayer, manifiesto como una verdadera
maquinaria burocrático-militar, en las últimas semanas ha dejado ver su
alto grado de descomposición, no solo a nivel estructural, sino también en el
orden de su organización política y gubernamental. Las entrañas del
actual régimen fascista es espuria, se muestra como es: podrido,
represivo, desfoliador, demagogo, entreguista, deviene de los regímenes
anteriores acarreando consigo, además de represión, explotación y
miseria, la subsistencia de un eje transversal propio de las semicolonias
semifeudales: la corrupción.
“Sólo los canallas o los bobos pueden creer que el proletario debe
primero conquistar las mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la
burguesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe
conquistar el poder. Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto
es sustituir la lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo
régimen, bajo el viejo poder...” Lenin
El
marxismo ha contribuido científicamente a definir claramente qué es la
democracia, a quién sirve y cómo opera en el campo de la superestructura. Pero
el marxismo-leninismo-maoísmo, también ha sabido delimitar cuáles son las
tareas de los comunistas y del elemento consiente en el seno del pueblo
respecto de estos procesos demo burgueses.
Engels
sostenía que la democracia es
la forma lógica del dominio burgués; y el marxismo leninismo acuña una
definición y rol claro de las elecciones y del parlamentarismo burgués cuando
identifica que “cada cierto número de años qué miembros de la clase
dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el Parlamento: ésta es la
verdadera esencia del parlamentarismo burgués”, aspecto que ha sido
plenamente notorio en la democracia burgués-terrateniente en el Ecuador donde
el pueblo enajenado y alienado ya sea por las relaciones de producción como por
el permanente trabajo que hace el viejo estado en el campo de la conciencia,
ante la falta de correcta dirección ideológica, recurrentemente se ha
movido bajo la sombra de la democracia farisea creyendo que desde los
procesos electorales puede elegir a sus mandatarios que encaramados en la
presidencia o la asamblea, van a solucionar sus problemas, sus requerimientos.
Los
comunistas estamos claros que “el parlamentarismo ha caducado históricamente”
es la verdad, pero eso lo sabemos nosotros, las masas no, aún se muestran
permeables a los procesos electorales, en esa medida nos corresponde “decirles
la amarga verdad, de decirles que sus prejuicios democrático-burgueses y
parlamentarios son eso, prejuicios, pero al mismo tiempo, debéis observar
serenamente el estado real de conciencia y de preparación de la clase entera (y
no sólo de su vanguardia comunista), de toda la masa trabajadora entera (y no
sólo de sus individuos avanzados).” (Lenin); nos corresponde difundir cuál
es el rol de las elecciones, cómo éstas pretenden vendernos la idea de que al
votar somos “soberanos” y los “elegidos” nuestros legítimos representantes.
Nos
corresponde decir y demostrar en los hechos cómo esta democracia burguesa está
al servicio de la gran burguesía, grandes terratenientes y del imperialismo;
que la única democracia que le es útil a las masas explotadas en países como el
nuestro: semicolonial y semifeudal, es la que se refrenda o construye en la
revolución de Nueva Democracia, que es la expresión estructural y organizativa
de la economía, política, social, cultural del nuevo estado de dictadura
conjunta, obrero-campesina-pequeña burguesía, donde el rol ideológico del
proletariado es fundamental porque garantiza el tránsito al socialismo.
Que por fuera de ese sistema de estado, de dictadura conjunta, no hay democracia que responda a sus intereses.
El
Manifiesto Comunista también establece las condiciones en las que se debe
transitar el camino para la liberación de las masas oprimidas de la
opresión y explotación: “[Los
comunistas] Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados
derrocando por la violencia todo el orden social existente.” Y hay que entenderlo, ese viejo orden
social existente y que oprime a las masas jamás podrá ser demolido desde el
voto, desde el ánfora, con blandas y esquivas medidas o gobiernos reformistas,
que para hacerlo, el pueblo con dirección proletaria debe, necesaria e
inevitablemente, hacer su guerra, que es guerra popular, que
únicamente a través de ella podrá enterrar no solo la vieja democracia, sino el
viejo estado en su conjunto, el viejo poder de la gran burguesía y de los
grandes terratenientes e infringirle una contundente derrota al imperialismo
yanqui, fundamentalmente.
¡ELECCIONES
NO!, ¡GUERRA POPULAR SI!
Este
poderoso grito de guerra emitido por el Partido Comunista del Perú resume
cuáles son las tareas estratégicas del proletariado. Imponer, con guerra
popular, el camino democrático ante el viejo camino de la reacción, el camino
burocrático.
Si bien es
cierto, los actuales niveles de organización de las masas y de su vanguardia,
el proletariado, no nos permite confrontar las elecciones desde la guerra
popular, hoy debemos bregar por combatir el proceso electoral como un
componente sustancial del gran Plan Estratégico de construcción simultánea y
concéntrica de los tres instrumentos para la revolución: partido, frente y
ejército popular.
Impulsar
el NO VOTAR nos permite desenmascarar el carácter de clase que tienen las
elecciones. No cabe el voto nulo, o el voto en blanco, pues de todas maneras se
vota, y al hacerlo avalamos el viejo instrumento de dominación con el que
cuenta la reacción para mantener a nuestro pueblo oprimido, alienado,
aherrojado por fuera de la lucha de clases y la guerra popular, es decir, por
fuera del camino democrático.
¿QUÉ
HACER?
NO VOTAR
es una consigna y acción importante, pero es pasiva, consiguientemente debe ir
de la mano de acciones que expliquen a las masas del por qué no hacerlo.
NO VOTAR
es importante, desdeña de la vieja democracia y su camino burocrático, pero a
esa consigna hay que volverla mucho más combativa, que se complemente con la
acción directa de las masas, por lo tanto también hay que BOICOTEAR LAS
ELECCIONES, y, como dice el Presidente Gonzalo, de ser posible, HAY QUE IMPEDIRLAS.
BOICOTEAR
LAS ELECCIONES COMO APORTE A LA PREPARACIÓN DE LA GUERRA POPULAR EN EL PAÍS Y
EL DESARROLLO DE LA NUEVA DEMOCRACIA AL SERVICIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN
PROLETARIA MUNDIAL, es lo que debemos hacer.
· Desenmascarar el
carácter de clase que tienen las elecciones, de cómo éstas sirven para
vivificar la vieja democracia burgués terrateniente, y que ésta, es
incompatible con los requerimientos del proletariado y demás clases explotadas.
· Desenmascarar a la
izquierda revisionista que desde el discurso seudo revolucionario convoca a las
masas a participar en las elecciones. De igual manera al oportunismo, que
cabalgando sobre las organizaciones sindicales, campesinas y populares
arrastran a las masas para ponerlas a la cola de la burguesía en la caduca
democracia electorera.
· Desplegar una
masiva campaña por el NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES. Petardear los sueños
constitucionalistas de la gran burguesía, grandes terratenientes y sus
testaferros en el seno del pueblo: el revisionismo.
NO VOTAR.
BOICOTEAR LAS ELECCIONES, una tarea compleja pero necesaria. Sujetos de
nuestras capacidades y limitaciones coyunturales debemos hacerlo, no importa
cuánto avancemos en esa tarea, debemos desplegarla, ejecutarla, es nuestra
responsabilidad de frente a la lucha de clases, la revolución y la conquista
del poder. Hay que entender bien esto, boicotear las elecciones es también un
problema de principios, de guerra, ya Lenin lo sostenía: “El boicot es una franca
declaración de guerra al viejo poder, un ataque directo contra él”, eso hagamos, declaremos la guerra
al viejo estado burgués terrateniente boicoteando el símbolo más relevante de
la vieja democracia: las elecciones.
¡NO VOTAR.
BOICOTEAR LAS ELECCIONES!
¡NO VOTAR,
BOICOTEAR LAS ELECCIONES, DE SER POSIBLE, IMPEDIRLAS!
¡NO VOTAR,
PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
¡A
DESENMASCARAR AL REVISIONISMO Y SU OPORTUNISMO ELECTORERO!
¡VIVA EL
MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!
¡A
CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL COMUNISMO!
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